Las
palabras nos hieren, nos sanan, nos enfrentan, nos reconcilian. Nos dan vida o
nos conducen al borde de la muerte. Las palabras, en fin, nos acarician y nos
arrullan, o nos maltratan.
Las
palabras son la esencia del ser.
Me
gustaría hacer un ensayo: que cada alguien que lea esto deje lo siguiente:
-Una
palabra percibida como sanadora en algún momento de vuestra vida
-Una
palabra percibida como exterminadora
-Una
palabra que hizo estallar una guerra
-Una
palabra con la que terminó una guerra
-Vuestra
palabra favorita.
Yo,
para terminar, os regalo una palabra que me suena a caricia nocturna: Búho
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