Campaniles

lunes, 16 de febrero de 2015

CRONIQUILLA POLITIQUERIL



14/2015



Con lo de la cercanía de las elecciones amenazando desde los carteles callejeros, andaba yo ayer con cargo de conciencia preconstitucional, dispuesta a tirar la toalla y convertirme en una “NoVotante”, tanto por mi desalentado analfabetismo funcional en política como por esta fatiga de materiales en mi estructura municipal, pareja a la obsolescencia programada del cansino bipartidismo que nos coloniza desde hace años con sus propagandas democratiquistas.
La verdad es que, de un tiempo a esta parte, a los de “PODEMOS” les tengo yo un reconocimiento agradecido, porque han dragado el légamo de este charco que es lo mitinero, haciendo que las aguas se  enturbien lo preciso como para que el personal que va en el barco se eche por la borda, y vaya nadando en masa a las plazas públicas pidiendo  a gritos un buen enjuague de sentinas. Pero una servidora es muy visceral; y como el cuerpo no me pide que los vote, pues yo no voy a llevarle la contraria a mis menudillos. Así que, sin renunciar a mi confesado agradecimiento, no los votaré.
Y ¡hala! A seguir con la conciencia hecha un trapo, sin saber a quién limpiarle el polvo. Cuando, de repente, como si estuviera en el Prado ese del Escorial, donde mensualmente se hace presente la Virgen como si fuera un sueldo de contrato fijo, se me aparece en un periódico un muchacho del que dicen que “…viaja en metro, que es capaz de hablar con naturalidad de sus puntos débiles, que responde a las preguntas sin argumentarios, que lamenta que haya diputados “que no saben ni hacer una pregunta de 30 segundos sin mirar papeles”, y que dice que su modelo es Obama porque da la cara aunque se equivoque”.
¿A ver si no estamos hablando de un político? –me digo con cierto recelo propio de los ignorantes. Pero, como era domingo y no tenía otra cosa que hacer, sigo leyendo, y me doy cuenta de que ése del que hablan es de carne y hueso, tiene nombre, es sospechoso por el solo hecho de haber nacido en una tierra que acoge a un montón de paisanos míos que tuvieron que coger carretera y manta, allá por los años 50 del siglo pasado, en busca de un pedazo de pan blanco que echarse a la boca, y que, a pesar de la querencia de lo suyo, se está pensando lo de presentarse en todo el territorio nacional.
¡Ay, ay, ay! Que me pienso yo que se me acaba de despejar un pecado en potencia como es el de no votar, y me he metido en un propósito de la enmienda…

En “CasaChina”. En un 16 de Febrero de 2015.

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