02/2015
(Del Libro Vivir es vibrar)
“¿…no es la felicidad el fin de todos los fines?”.
Matthieu Ricard. [EN DEFENSA DE LA FELICIDAD]
La vida, ese bien por
excelencia, ese tránsito único e irrepetible, tiene un único fin: la felicidad.
No es cierto lo que nos
dijeron de que habíamos venido al mundo a sufrir. Estamos pensados, creados y traídos
al mundo con un único objeto: ser felices.
Lo que sucede es que la felicidad, necesita de
una ASTUCIA EMOCIONAL que haga de la travesía una consecutiva serie de experiencias
de vibrante felicidad consciente.
Ésta es mi propuesta: Vivir es vibrar.
Hay que saber que toda
vibración regresa a su fuente generadora como un eco duplicado. Por eso,
dependiendo de la vibración que generemos y emitamos, vamos a recibir, como un boomerang,
el eco de lo que nosotros mismos elaboramos y lanzamos al ambiente.
A
poco que pongamos una mínima atención a lo que sucede en nuestro entorno,
descubriremos que todo en la vida que conocemos es pura vibración.
De la vibración pueden afirmarse dos cosas:
que es MENSURABLE (se puede medir), y que es TRANSMISIBLE (contamina su
entorno).
El
parámetro o medida de la vibración es una determinada longitud de onda/ciclos
por segundo. La forma más sencilla de entenderlo es el electroencefalograma,
que no es otra cosa que la medida de la actividad cerebral en ciclos eléctricos
por segundo traducidos a una expresión gráfica.
EL
PENSAMIENTO, umbral de las emociones, es una forma de vibración mensurable
y transmisible.
LA
MEDIDA de las ondas cerebrales va a ser muy diferente, dependiendo de que
nuestros pensamientos abriguen emociones positivas (amor, compasión, simpatía,
comprensión…) o negativas (odio, descalificación, desprecio, asco…).
EL
CONTAGIO de nuestras vibraciones positivas o negativas es irremediable, porque
toda energía se traduce en una determinada longitud de onda que se transmite a
su entorno como cualquier tipo de energía.
Ello
nos lleva a una conclusión: CUALQUIER EMOCIÓN QUE ABRIGUEMOS CONSCIENTEMENTE EN
NUESTRO INTERIOR, ES “CAPTADA” DESDE FUERA POR EL RADAR
EMOCIONAL DE LOS QUE NOS RODEAN, Y LA RECIBIREMOS COMO REBOTE DE LA
CONTAMINACIÓN/CONTAGIO DEL OBJETO DE NUESTRA EMOCIÓN.
Dicho
de otra manera: no es necesario abrir la boca y decir te amo o te odio, para
que la persona objeto de nuestro amor o nuestro odio lo perciba desde su
sistema de “radar emocional”, y nos devuelva, duplicado, idéntico sentimiento/vibración.
¿Queremos
ser felices?
¡Perfecto!
Engendremos en
nuestro pensamiento CONSCIENTE, y minuto a minuto, reflexiones positivas como
quien limpia lentejas: apartando a un lado, con tanto tiento como tenacidad,
esas piedrecillas que hacen chirriar los dientes.
El resultado
será la emisión de ondas positivas hacia el espacio que nos rodea y que nos
devolverá de rebote la duplicidad de nuestras propias emisiones.
En "CasaChina". En un 4 de Enero de 2015
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