Campaniles

domingo, 28 de diciembre de 2014

INOCENTES SIN FRONTERAS




(De LOBETURIA 
o En el País de los Lobos)

En algún lugar leo o escucho: “la fuerza del lobo está en la manada”.
Inmediatamente viene a mi imaginación la efigie del  “lobo solitario”.
Creo que, si hay una imagen símbolo de la belleza absoluta, ésa es la del lobo solitario aullándole a la luna llena.
¿Existe mayor desolación?
Lo que me pregunto es si puede sobrevivir el lobo en soledad, fuera de la manada.
Lo que me respondo es que el ser humano no es sino un lobo, que cuando está en manada se convierte en un depredador, pero a solas sigue aullando hacia la luz, evocando desesperadamente su inocencia.

 Es muy posible que, si queremos ser individualmente inocentes en mitad de un mundo de manadas, tengamos que abandonar la manada, y refugiarnos en una tribu de ingenuos solitarios.
¡Sólo la soledad nocturna nos salva del diario gregarismo carnicero!
640px-Duccio_di_Buoninsegna_056



¡Vaya! Y esto se me ocurre precisamente hoy, 28 de Diciembre de 2014, en que la Iglesia Católica celebra el Día de los Inocentes.

       





 

Matanza de niños en Irak
  

 ¿Tendrán otras Creencias sus propios Herodes? –reflexiono-. E inmediatamente me asalta la decapitación de niños en Irak, el 8 de Agosto de 2014, por no ir más lejos.


        Así que, avisados estamos: ya sabemos el riesgo que han de correr los Inocentes. Antes o después, llegarán las manadas de exterminadores, espada en ristre, a tratar de rebanarles el cuello antes de que se conviertan en un peligro para el ocupante del trono de la colina. 

        El que previene a bulto, asume los “riesgos colaterales”. Y el que avisa no es traidor.
        A pesar de la amenaza, sigo escuchando en mi entorno voces que, a coro, entonan solos lunáticos.
  
    ¿Será que de lo que se trata es de recuperarnos a cada uno de nosotros mismo como personas individualmente conscientes, dentro de una tribu propia, y no como miembros de la manada manida?

        ¡Buena pregunta, vive Dios! –Me digo, sacudiendo la cabeza, a ver si así consigo vaciarla del inocente serrín que la habita. 

Pero es inútil: cada vez descubro a más lobos solitarios, a más inocentes, que sólo necesitan una razón que los empuje hacia el abismo de la luna llena, para desistir unilateralmente de ese inútil continuar despedazando gacelas, cuando ya se tiene el estómago lleno, y más carnaza en las despensas que vida para poder consumir los víveres almacenados.

        Un “suelto” de José Antonio Marina, que guardo como novenario legal en mi Despacho, me  alienta a dar ese último salto, saltar las estacas de “lo legal” y. finlmente, poder correr sin lastre por las llanuras de la decencia, esa extraña cosa que en estos días está tan mal vista.


       
   He decidido crear la Tribu de Inocentes sin Fronteras.

¿Tonta yo? ¡Lo que tú digas! 

Pero, llegada la noche, podré levantar mis ojos a la luna, y unir mi aullido al coro de la Tribu de los Inocentes.

        Eso sí: en esta Tribu, cada cual se diseña su propia choza, sin alzarle la empalizada al vecino, ni ir a mearle en su territorio

        ¿Quién se apunta?

En “CasaChina”. En un 28 de Diciembre de 2014

No hay comentarios:

Publicar un comentario